Como ciudadano, el individuo es ahora puesto en un estado de mediación. Esto significa que se encuentra en una caída infinita, es decir, en un sistema de leyes objetivas que hacen trabajar lo psíquico como fuerza productiva. Esto genera un aparato de explotación no-físico, que reprime y encamina la ψιχή hacia una tortura (άνάγκαι) “necesaria” e “indispensable” que, precisamente, no se ve. Por no verse, por no ser netamente física, no puede probarse que el individuo está siendo explotado y, por lo mismo, el aparato de control labora de una forma admirable. ¿Cómo? A través del discurso.
El discurso es la forma de explotación de la mutación del capitalismo llamada: neoliberalismo. ¿Quién iba a pensarlo? Fonemas y grafemas al servicio de la producción, explotando individuos mediante una culpa que busca la resolución de conflictos “discursivamente”.
Si a cualquiera le parece absurdo esto, pregúntese lo siguiente: ¿cómo es que la mayoría de las “personas” más preparadas, se encuentran en institutos de investigación o educativos, generando discursos sin parar, y no en cargos (políticos o privados) que cambien el esquema social? Son pocas las figuras de estudiosos y estudiosas que salen a cambiar leyes y luchar contra poderes; en general, todos escriben, investigan y publican; con la justificación de aprender y hacerlo bien, se logran discursos que luego, «otro» prostituirá en su beneficio.
Para bien, hay mucho que aprenderles del mal que hacen con su labor de prostitución de discursos, políticos, empresarios y criminales; de ellos son los nuevos pacientes de manicomio que su Nuevo Orden crea. La contraparte de esto es la tecnología, reemplazando no sólo mano de obra sino cargos ejecutivos. Dónde pareciera que la clase media fue un modelo momentáneo para mejorar las formas de explotación por clases dominantes. Ver: http://let.iiec.unam.mx/node/2380
«Por ejemplo,nuestra identidad personal está constituida por lo que «sabemos» de nosotros mismos y por cómo nos describimos como personas. Pero lo que sabemos de nosotros mismos está constituido en su mayor parte por las prácticas culturales (de descripción, etiquetado, clasificación, evaluación, segregación, exclusión, etc.) en las que nos movemos. Como seres humanos, en el lenguaje estamos, de hecho, sojuzgados por «controles» sociales invisibles basados en prácticas lingüísticas presuposicionales y patrones socioculturales implícitos de coordinación.» (Epston y White, p. 10)
Sin embrago, el crecimiento en América Latina ha sido detenido de manera ingeniosa (aunque no para trasnacionales). Pues mediante desestabilizaciones macroeconómicas a niveles nacionales durante décadas, se ha afectado el crecimiento colectivo y se ha logrado la invasión de la privatización oligárquica, en su mayoría familias europeas-americanas. Generando desigualdad en países tercermundistas, generalmente en el hemisferio Sur del mundo, e incrementando la pobreza mediante recesiones ocurridas durante los 80’s. Como bien señala Nora Lustig, una “macroeconomía con responsabilidad” es siempre el cuento de ciertos conglomerados que escriben su perspectiva y justifican su posicionamiento, discursivamente, en favor de que los individuos adopten y acepten su estatus. Logrando que la explotación sea auto-explotación.
Aquellos estudiosos de corazón e investigadores que no olvidan los eternos y cambiarios problemas éticos, no se les condona el gozo de inmunidad que se les otorga a diputados, senadores y empresarios les es lícito decir detrás de cámaras. Taquígrafos y análisis del discurso harían más falta en esas esquinas lujosas, en “conversaciones privadas con hombres listos cuya principal arma es el embuste y sus procedimientos desdecirse siete veces al día para inventar siete nuevos dichos que volverán a desdecir.” (Unamuno, 1914)
Ver: https://www.kavilando.org/…/bravo_psicologia_politica_2019.…